“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

Maldito seas

 Maldito hijo de puta. Ese verso es mío. ¿Cómo se te ocurre utilizarlo? ¿Cómo tienes la osadía de afirmar que todo es fruto de tu ingenio? Dios….como te odio.
Cada vez que leo un poema y me gusta, en lugar de sentir admiración por su autor, lo que siento es un profundo y absoluto desprecio. No es envidia, no… es rabia. La rabia de saber que he sido víctima de un expolio. ¿Cómo ha podido ese cabrón entrar en lo más profundo de mi ser? ¿Cómo demonios ha podido llevarse eso que siento, que me atormenta, que me conmueve? Ese verso es mío, solo mío. Maldito seas.

Eterna espera

Soy Vladimir. Soy Estragón. He pasado media vida al borde de la carretera esperando a un tal Godot que nunca llega. Y mientras tanto, todo parece absurdo.

Soy Giovanni Drogo. He pasado media vida encerrado en la fortaleza Bastiani esperando, en el desierto, la llegada de los Tártaros. Y mientras tanto, el tiempo pasa.

Posiblemente lleguen, tanto Godot como los Tártaros, pero todo lo que queda atrás después de esta larga espera será sencillamente irrecuperable. Y todo seguirá siendo igual de absurdo y el tiempo seguirá pasando.

Diego Vasallo - La vida te lleva por caminos raros