“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

Leyendo a Horacio

Quinto Horacio Flaco

No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a mí y a ti, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos cantiles.
No seas loca, filtra tus vinos
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No te fíes del incierto mañana.

  
                                 (Horacio - Odas, I, 11)

Ultra personalización algorítmica





Con cada pulsación de teclado, con cada clic de ratón, con cada búsqueda en Google,  dejamos una huella tan nítida de nosotros mismos como si caminásemos descalzos por la arena. Con cada página web abierta, comentario publicado, foto subida a facebook o compra on-line realizada, un sencillo algoritmo informático es capaz de seguirnos la pista, cual sabueso, e identificar nuestras aficiones, nuestros gustos, nuestras creencias, nuestra ideología, todas y cada una de nuestras venturas y miserias. Una vez dado caza, tan sólo hay que clasificar y etiquetar: español, treintañero, casado, con un hijo, funcionario, creyente, católico, de derechas,… la lista puede ser inmensa y se acrecienta, en un proceso automático, con cada acción que realizamos. 

Ultra personalización algorítmica, una idea diabólica pero a la vez brillante y sencilla. Consiste en seleccionar los resultados de nuestras búsquedas según nuestro perfil de tal forma que se ofrezca a cada uno exactamente aquello que quiera leer, oír o ver. En psicología existe un concepto conocido como sesgo confirmatorio según el cual los individuos damos mayor credibilidad a aquellas informaciones que refuerzan nuestras ideas iniciales, sean éstas fundadas o infundadas, sobre un cierto tema. Todos estaríamos así encantados y además psicológicamente predispuestos a aceptar la información como cierta, por cuestionable que esta sea. ¿Para qué llevarnos un mal sofocón? ¿A quién le importa la verdad? Que la realidad no estropee ni a unos un buen titular ni a otros el día. Al final lo único y verdaderamente importante es que el contador de visitas siga aumentando. Más opio para el pueblo.

Malentendido


“¿La cabeza? ¿La quieres para algo?” Quedé algo perplejo ante la pregunta. No me conocía de nada, nunca habíamos hablado antes y sin embargo me había calado nada más verme. Soy despistado, como no me fio de mi memoria, apunto las cosas en mil papeles que luego nunca sé donde guardo y últimanente noto que lo poco que creía saber se me está olvidando. Casi avergonzado respondí: “Realmente… para nada”.

Y de un tajo limpio y certero una inocente merluza perdia su cabeza.

Zaz - Eblouie par la nuit


Escalpelo vs Fatum



 Lo he oído esta semana en la radio. En Japón se están poniendo de moda las operaciones de manos. El motivo no es médico, ni tan siquiera estético. Por lo visto hay quien está dispuesto a pasar por el quirófano para intentar modificar su destino: alargar la línea de la vida, hacer más profunda la del éxito o acortar cualquier otra que sea de mal agüero. Luchar a base de bisturí contra lo inevitable; una forma tan estúpida o tan inteligente como cualquier otra de luchar contra lo que realmente nunca estará en nuestras manos.