“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

El mapa del tesoro



Uno de mis antepasados, Lupiciano García García, marinero en el El Defensor de Pedro, bergantín capitaneado por el sanguinario Benito Soto Aboal, que se salvó de la horca en Cádiz al haberse quedado dormido, totalmente borracho, en un burdel de La Coruña, fue su primer propietario. El documento ha pasado de primogénito a primogénito, de generación en generación, convirtiéndose así en nuestro más antiguo legado familiar: un viejo y amarillento papel con un extraño lugar cartografiado en él, algunos emplazamientos destacados, una larga linea discontinua, al final de la línea una cruz y al lado de la cruz una leyenda “Hallarás aquí lo más preciado”.

Después de mucha búsqueda infructuosa mi tatarabuelo descubrió que el lugar indicado se hallaba en la provincia de León, mi bisabuelo el lugar exacto, un pueblo muy pequeño que no llegó nunca ni a la categoría de aldea, hoy totalmente abandonado; mi abuelo pudo demostrar que Lupiciano era oriundo de dicho pueblo, mi padre compro la casa y las fincas colindantes y yo no he dejado allí piedra sobre piedra. Lo que antes eran los restos de una casa con su corral, su huerto y un par de pequeñas fincas es hoy un inmenso socavón de 100x50 y 20 metros de profundidad.

Cegado por el oro no tuve en cuenta que el bueno de Lupiciano tendría muchas virtudes pero su natural inclinación por el vino, el juego y las mujeres hacían imposible que el ahorro fuese precisamente una de ellas. Algo me hace sospechar, 20 metros de profundidad después, que el Tesoro de Lupiciano no era algo que había que encontrar, sino algo que había que mantener, algo que no había que perder. Pero me dí cuenta tarde y un inmenso y profundo agujero quedará allí para siempre como recuerdo imperecedero del más trágico de los olvidos.



Nada nuevo bajo el Sol


 
Se demostrará la Hipótesis de Riemann, se encontrará una Teoría del Todo, se colonizarán otros mundos, viajaremos en el tiempo,... pero seguiremos teniendo las mismas dudas, los mismos temores, los mismos anhelos que aquel primer primate que caído de un árbol consiguió mantenerse erguido en pie.

Un Infierno tibio

Un equipo multidisciplinar formado por matemáticos, físicos y teólogos han podido demostrar que, al contrario de lo que se piensa habitualmente, el Infierno se encuentra a temperatura ambiente. Haciendo uso de la física, en concreto de las leyes de equilibrio térmico y de la ecuación de Stefan-Boltzman, la resolución de complejos sistemas de ecuaciones diferenciales de varias variables, la utilización de los más complejos y modernos sistemas de cálculo computacional, además del análisis e interpretación de antiguos y ocultos textos hallados en varios monasterios dispersos por toda Europa, los expertos han terminado por demostrar analíticamente lo que muchos ya suponían de forma únicamente empírica, dando así la razón a quienes habiendo estado cerca de él no han experimentado sensación térmica ninguna.
 
 

Tecnología y libertad

"Dudo que toda la Filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud a lo sumo le cambiarán el nombre."
"Memorias de Adriano" de Margurite Youcener


 
Me considero un eficaz mercenario y mientras me sigan pagando, seguiré explicando que la tecnología está al servicio del hombre, que nos libera de trabajos monótonos y repetitivos y nos permite ser más libres. Podría explicar lo que realmente pienso...  pero ni tengo madera de héroe ni mis facturas se pagan solas.

Fortunate son - John Fogerty


La maleta




Mi hijo nació y vive en Toledo, sus padres son de Oviedo, sus abuelos paternos de León, los maternos de Lugo; tiene familia, lejana pero familia, en Venezuela, Escocia, Francia y Estados Unidos. Seguramente mis nietos, si no cambian mucho las cosas en España, nacerán en algún país de los que de aquella sean emergentes, supongo que algún país de Sudamérica, Oriente Medio, Lejano Oriente, África, Oceanía, ¡qué sé yo!.

Salir a buscarse la vida fuera de tu tierra no es para mí ningún drama, a mí siempre me animaron a no ponerme ese tipo de límites. Lo verdaderamente dramático tal vez sea no estar lo suficientemente preparado como para poder dar el paso, con ciertas garantias, cuando sea necesario. Me he puesto a pensar en estas cosas y no he podido menos que bajar a una tienda a comprarle al peque una maletita de juguete, para que se vaya familiarizando y le pierda el miedo. Las clases de ingles, con dos años, me parecen un poco prematuras... pero todo se andará.

Mientras él jugaba a meter y sacar juguetes en su maleta me acordé, abrí el armario y miré la mía. Nueve años de cierta estabilidad te hacen creer que has encontrado tu sitio, que los tiempos de vivir cada año en un lugar distinto se han terminado. Pero es irreal, es tan sólo un deseo. Las maletas, en realidad, hay que tenerlas siempre preparadas, por lo que pueda pasar.


Puertas


Puertas del Infierno, Auguste Rodin  -  Puerta del Paraíso, Lorenzo Ghiberti     

Las Puertas del Infierno se muestran en el Museo de Rodin de París, las del Paraíso en el Museo dell'Opera del Duomo en Florencia. Observandolas respiro más tranquilo. Teniendo en cuenta que vivo en una casa cuyas puertas son infinitamente más modestas, creo que podré acostumbrarme rápidamente e incluso con agrado al lujo de mi residencia eterna, sea ésta la que sea.