"No hay ciudad que no desee la ruina de la ciudad vecina, ni familia que no quiera exterminar alguna otra. Por todas partes los débiles odian a los poderosos, a cuyos pies, sin embargo, se arrastran mientras los poderosos los tratan como rebaños cuya lana y carne venden. Un millón de asesinos reclutados en ejércitos atraviesa Europa de un extremo al otro, matando y robando de manera disciplinada para ganarse el pan, porque no hay un oficio más honorable; y en las ciudades que parecen gozar de paz, y donde florecen las artes, devoran a los hombres más envidia, preocupaciones y angustias que plagas puede soportar una ciudad asediada, pues las penas privadas son más duras que las miserias publicas."
Cándido, de Voltaire
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