“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

Yo estuve ahí



Miles de turistas invaden diariamente la ciudad. Descienden de sus autobuses y, armados con cámaras digitales, ocupan calles y plazas. Palacios, fortalezas, templos, los  antiguos centros del poder político,  militar y religioso son asaltados por las masas como si de una revolución popular se tratase.
Grupos de turistas, muchos de ellos recorren Europa como un todo y visitan en tres días seis ciudades españolas, en una frenética yincana que les proporcione los mejores fondos para unas fotografías que, como actas notariales, permitan demostrar que yo estuve ahí. Tengo cientos de anécdotas que me hacen pensar que alguno de ellos, ni sabe dónde está.
Esto no es una ciudad, vivo en medio de una factoría y ellos, los turistas, no son más que la materia prima de la que se alimenta esta industria encargada de procesar riqueza económica a partir de la necesidad de escapar del monótono y tedioso quehacer diario. 

1 comentario:

  1. Creo reconocerte en ese hombre que está subiendo la calle con camisa azul de cuadros y una cinta negra que sujeta un bolso con la coronilla despejada

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