Mi alma, a base del contacto diario con mi cuerpo, se ha vuelto descreída y como si ignorase que es eterna, se aferra a esta vida temerosa que su destino no sea más que puro polvo. Por el contrario mi cuerpo, a base del contacto diario con mi alma, se cree totalmente inmortal y me arrastra, imprudente, hacia todos los excesos.
Una idea redonda. Tu ingenio no me suele sorprender. Te conozco y reconozco en tus palabras escritas.
ResponderEliminarPero estas últimas son de muchos kilates