“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

Sísifo García

Por una traición al dios Zéus, éste me condenó a muerte y envió a su hermano Hades a que me enviara al reino de los muertos. Conseguí escapar en varias ocasiones de la intención de los dioses, pero finalmente tuve mi castigo. Se me condenó a recoger la cocina: limpiar los platos, la encimera, desengrasar los azulejos, rascar la vitrocerámica, barrer y fregar el suelo…, pero cuando toda la cocina parece recogida, llega el momento de la siguiente comida y tengo que empezar otra vez de nuevo y así, durante toda la eternidad.




4 comentarios:

  1. Bonito simil el de la cocina.
    La felicidad está en aceptar nuestra roca y apreciarla, por el solo hecho de tenerla y de que es nuestra.
    Te echaba de menos, tu blog está en mi itinerario, así es que no me falles.
    Besos para el de los biberones. M. Nieves

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    1. Un sabio consejo, lo tendré muy en cuenta.
      Gracias por tu cometario. El pequeño está de lo más gracioso, para comérselo.

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  2. Yo la cocina la veo recogida.
    Tu poco a poco. No te vas a hacer un ama de casa de un día para otro

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