A la hora de leer soy muy anárquico y
tremendamente desordenado, unas lecturas me llevan a otras en un orden o
secuencia sólo coherente para mí. Si bien suelo prestar atención a los libros
que me recomiendan, me gusta recorrer solo el camino que lleva de un libro a
otro. Avanzar así, puede que tenga sus riesgos, llegar a callejones sin salida,
quedar durante algún tiempo varado o picotear de libro en libro perdido y sin
rumbo fijo; aun así, todo ello queda compensado por la emoción que siento
cuando ese camino me lleva a lugares nuevos e inesperados. En uno de esos
lugares, despues de meses de vagar erráticamente, llevo algunas semanas semanas
felizmente instalado: el lejano oriente.
Es un mundo que nunca me ha
interesado de una manera especial. He leído a muy pocos autores orientales, y
todos modernos: Yukio Mishima, Kenzaburo Oe, Yasunari Kawabata, Gao Xingjian pero
poco más. Mi interés, sin saber muy bien
por qué, se ha centrado ahora en textos tradicionales orientales. Una entrada anterior de este blog estaba dedicada a un
libro, el Hagakure, que dio inicio a este apasionante viaje. Este fin de semana
he leido el
Tao Te Ching, libro escrito aproximadamente hace 2.500 años y considerado uno
de los textos referenciales del pensamiento oriental. Atribuido a Lao Tsé está compuesto
de máximas breves, en torno al concepto de Tao. He intentado investigar un poco
para saber qué es eso del Tao pero la búsqueda ha sido estéril y mi mente
occidental se topa, una y otra vez, contra un muro. La definición más clara y
exacta que he encontrado es: “El Tao verdadero es el Tao verdadero”. Lao Tsé lo
dice en la primera de las 81 partes en las que se divide el texto: “El Tao que
puede expresarse con palabras no es el Tao eterno”.
Mis
conocimientos sobre Taoísmo, sobre la cultura china, sus costumbres, tradiciones y pensamiento son
nulos, por eso sé que me estoy perdiendo
una gran parte de las ideas que este libro encierra, que hay mucho más de lo
que yo creo entender oculto tras esa sucesión constante de paradojas. Pero la
ignorancia es atrevida y juego a buscarle, si no el sentido, al menos mi
sentido. Creo que, como ocurre con el Tao, los grandes problemas de los hombres
son los grandes problemas de los hombres, aunque a esos hombres les separen 9.000Km
o 2.500 años. La globalización tal vez no sea un invento tan moderno.
Fragmentos
del Tao Te Ching:
Para
mantenerse en plenitud, ¡cuánto mejor detenerse a tiempo!
No
hay que verter agua en un vaso lleno.Si continuas afilando y usando la espada, no durará mucho su filo.
Si llenas tu casa de oro y jade, ¿quién podrá resguardarla?
El exceso en todo provoca la desgracia.
Ésta es la Ley del Cielo:
¡Retírate una vez realizado tu trabajo!
Treinta radios se unen en una rueda; del agujero del centro depende el uso del carro.
Hacen los vasos de arcilla; es el espacio vacío de su interior el que le da su utilidad.
Construyen puertas, paredes y ventanas en una casa; pero son los espacios vacíos los que la hacen habitable.
Así, mientras lo tangible tiene ventajas, es lo intangible de donde proviene lo útil.
Sólo la Nada penetra en donde no hay espacio.
Por esto conozco las ventajas del No-Hacer.
Pocas cosas bajo el cielo son tan instructivas como las lecciones del silencio, o tan beneficiosas como los frutos del No-Hacer.
Sin salir más allá de tu puerta, puedes conocer los asuntos del mundo.
Sin asomarte a través de la ventana, puede ver al Tao Primordial.
No es necesario viaja más lejos para conocer más.
Así pues, el Sabio conoce sin viajar, ve sin mirar, y logra sin actuar.
Nada en el mundo es más blando y débil que el agua; mas ¡no hay nada como el agua para erosionar lo duro y lo fuerte!, pues nada puede reemplazarla.
Que lo débil venza a lo fuerte y lo blando a lo duro, es algo que todos conocen pero que nadie practica.
Lo dejo aquí, Las Analectas, El arte de la guerra y Li Po me están esperando.
Encontré esta definición: Una vez el ying y una vez el yang, es el TAO.El círculo exterior representa el TAO, pues contiene a los dos y limita y armoniza su juego creador.
ResponderEliminarDe acuerdo en eso de que el sabio conoce sin viajar, pero no, en que logra sin actuar.
Resumen que esto te lo dejo a ti que eres joven,yo no quiero volverme loca con tanto: es pero no es, si pero no. Ves, ya empiezo con la locura je,je. Saluditos.
La verdad es que pensandolo bien es una pura locura... para volverse literalmente loco, pero para mí es tambien una divertida distracción encontrarle un sentido a estos Sudokus de palabras.
ResponderEliminarY por seguir con el pasatiempos, sacando ideas de aquí y de allá, y dejando claro que no entiendo nada del tema y que cuando no entiendo algo tengo la mala costumbre de sacar las conclusiones que más me convienen, tal y como yo lo entiendo cuando se habla de No-Hacer o de no actuar no se trata de una inactividad pasiva (un simple no hacer nada) sino del cese de toda acción motivada por nuestros propios deseos, ser capaces de hacer las cosas de una forma natural, armoniosa y “sin esfuerzo”.
Inmersos en una cultura donde por encima de todo se valoran los logros conquistados, parece que son sólo lo resultados, muchas veces por encima incluso de los medios, los que determinan nuestro éxito y que a veces, de manera lastimosa tratamos de alcanzar incluso a costa de hacernos daño tanto a nosotros mismos como a los demás. Amargados, sin tiempo para nada, vivimos agobiados por la prisa y en constante estado de ansiedad persiguiendo una felicidad que parece que siempre se escapa, pues nunca lo alcanzado nos parece suficiente.
Esa acción libre de objetivos que representa el No-Hacer o No Acción permite “disfrutar del viaje y no sólo del destino”, aceptar tranquilamente la vida tal como es y como viene; permitir que las cosas sucedan siguiendo su flujo natural, sin cargar de un significado extraordinario los sucesos de los que somos protagonistas, tanto si son felices como si no, eliminando la tendencia que tenemos a complicarnos inútilmente la vida y ser capaces de centrarnos y disfrutar del presente aprovechando, eso si, las oportunidades cuando se presentan pero sin forzar nunca el resultado.
Vamos…algo teóricamente muy bello pero que no sé yo si tendría el valor de recomendar a un parado, a alguien al que le estuviese llegando el agua al cuello para pagar la hipoteca o estuviesen a punto de embargar.
Si, estoy de acuerdo con tus ideas de no agobiarse, y de ir aceptando cosas,es lo que he hecho toda la vida con bastante tranquilidad. Seguramente todo eso que dices es el enfoque que le da el TAO al no-hacer. Pero reconozco que no se me da bien filosofar como tu lo haces.
ResponderEliminarUn besito al dueño de los biberones, y como no, a vosotros.
La verdad es que yo no sé vivir así, aceptandolo todo, sin agobios y de un forma tranquila pero bueno... en ello estoy. Un fuerte abrazo y un beso tambien para ti y todos los tuyos.
ResponderEliminarEsas ideas no solo hay que leerlas sino llevarlas a la práctica. Y es ahí donde se logra entenderlas.
ResponderEliminarLo que ocurre es que la primera de ellas te puede llevar toda la vida realizarla y, aún así, aunque vivas 100 años no lo conseguiras.
Moraleja: Sigue regando la semilla, cuidándola, sin esperar a verla germinar.