Por amor al arte




Hace unas semanas visité el Centro de Arte Moderno. La exposición de uno de los mejores artistas conceptuales del mundo ha revuelto y conmocionado la pequeña ciudad en la que vivo. La verdad es que no soy yo muy de arte conceptual; aún así, no quise perderme la exposición, a la que asistí acompañado por un amigo, entendido y apasionado por todo lo relacionado con este mundo del arte contemporáneo.
Estábamos contemplando, yo atónito y mi amigo prácticamente extasiado, la "extremada belleza" de una silla con las patas dobladas, un bote de cristal con macarrones de colores,  unos ladrillos hechos añicos (obra, por cierto, muy exaltada por la crítica por plasmar de una forma inigualable la actual situación económica), cuando de repente una pieza colgada de la pared llamó su atención. Me comentó:

“Fíjate, la utilización del metal muestra la dureza de los tiempos actuales. Su color rojo vivo y los símbolos grabados advierten del peligro inminente que acosa al hombre, representan su destrucción total, el Apocalipsis del mundo tal y como lo conocemos. La leyenda que indica utilizar sólo en caso de emergencia es clara: en el último momento, cuando todo se derrumbe, cuando todo se venga abajo, sólo esta pieza, símbolo de la sensibilidad extrema y del arte en general, nos salvará”.
Estábamos en esas cuando discretamente se acercó a nosotros uno de los vigilantes de la sala para decirnos:

“Si lo desean pueden continuar la visita por esa puerta, eso no es más que el extintor.  No… No…  no se preocupen, no han sido ustedes los únicos, llevo toda la mañana haciendo la misma advertencia. La mayoría incluso se saca fotos con él.”
Hoy he repetido visita acompañando a unos familiares. El extintor seguía allí, colgado en la misma pared, pero ahora dentro de una vitrina de cristal blindado, con un guardia de seguridad a cada lado y un trabajador del museo indicando a los cientos de visitantes que se agolpaban alrededor: “No flash, por favor… no flash”

2 comentarios:

  1. ¿Esto no será verdad?.
    Dudo porque tu no tienes amigos.
    Por otro lado, no me extrañaría. Corren tiempos oscuros para definir el arte.
    La cocina es arte.
    Torear es arte.

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    1. Pues claro que es verdad. ¿No creerás que me lo invento? Por arte, tiene arte hasta dejARTE; a si que te dejo... un abrazo.

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