“León
y Sofía son muy diferentes. Él ama los jardines abandonados. Y ella adora los
parterres ingleses, recortados en triángulos bien ordenados. A él le agrada
perfumarse la cara, acariciando las nomeolvides en el bosque, sin arrancarlas. Ella
prefiere los narcisos y disponerlos en jarrones, como adorno de la casa. A él
le gusta vivir con la puerta abierta, para que pueda entrar la gente
alegremente. Y ella, más celosa de su intimidad, no comprende que su marido
acepte tantas visitas indiscretas. Y a menudo discuten agriamente, porque ella
ha contratado un feroz guarda circasiano que azota a los campesinos cuando
vienen a robar leña. Ella pasea con una marcha veloz y ágil. Pero él prefiere
el caballo, la bicicleta, los patines y, en su afición por la gimnasia, los
ejercicios de pesas. Él venera sus viejos abedules que, cuando sopla el viento,
mueven sus ramas flexibles con un susurro que parece una voz lejana de mujer. Y
ella los tala para plantar pinos, que son su árbol preferido. Pero lo curioso
es que él ama los abedules porque son femeninos y lunáticos como ella. Y ella
planta pinos porque le parecen fuertes y adustos como él.”
“Libro
de Réquiems” de Mauricio Wiesenthal
De una riqueza literaria, exquisita.
ResponderEliminarGracias, no lo conocía.