La maleta




Mi hijo nació y vive en Toledo, sus padres son de Oviedo, sus abuelos paternos de León, los maternos de Lugo; tiene familia, lejana pero familia, en Venezuela, Escocia, Francia y Estados Unidos. Seguramente mis nietos, si no cambian mucho las cosas en España, nacerán en algún país de los que de aquella sean emergentes, supongo que algún país de Sudamérica, Oriente Medio, Lejano Oriente, África, Oceanía, ¡qué sé yo!.

Salir a buscarse la vida fuera de tu tierra no es para mí ningún drama, a mí siempre me animaron a no ponerme ese tipo de límites. Lo verdaderamente dramático tal vez sea no estar lo suficientemente preparado como para poder dar el paso, con ciertas garantias, cuando sea necesario. Me he puesto a pensar en estas cosas y no he podido menos que bajar a una tienda a comprarle al peque una maletita de juguete, para que se vaya familiarizando y le pierda el miedo. Las clases de ingles, con dos años, me parecen un poco prematuras... pero todo se andará.

Mientras él jugaba a meter y sacar juguetes en su maleta me acordé, abrí el armario y miré la mía. Nueve años de cierta estabilidad te hacen creer que has encontrado tu sitio, que los tiempos de vivir cada año en un lugar distinto se han terminado. Pero es irreal, es tan sólo un deseo. Las maletas, en realidad, hay que tenerlas siempre preparadas, por lo que pueda pasar.


4 comentarios:

  1. Tu hijo estará bien educado si le aconsejas esa filosofía de vida

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    1. Ya sabes que luego en casa del herrero, cuchillo de palo. Pero bueno... al menos lo habré intentado.

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  2. Si, yo también creo que la maleta hay que tenerla preparada o, si no preparada, saber qué cosas te llevarías en caso de tener que salir corriendo. A mi por si acaso, me gusta viajar con poco equipaje, lo que necesite y no haya llevado, me lo compro en el lugar de destino. Buena filosofía la tuya, lástima que muchos no la compartan y tengan miedo a volar lejos del nido. Besos para todos

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    1. Vivir ligeros de equipaje... otra gran verdad, Bea. Un beso de todos.

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