Decía mi abuelo Tano que quien critica a
la juventud solo puede ser por dos motivos: o por envidia, les carcome la idea
de que alguien posea lo que ellos perdieron para siempre; o por el
remordimiento de no haber tenido el coraje de disfrutar con total libertad de
la suya. Tenía mi abuelo la idea de que la juventud tiene, tuvo y tendrá,
independientemente de la época, exactos vicios y virtudes.
Aristóteles
en el siglo cuarto antes de Cristo escribió el siguiente texto:
“Los jóvenes están llenos de ardientes deseos
y son capaces de realizarlos. Pero son volubles y prontos a hastiarse; desean
ardientemente, y se fatigan enseguida; sus caprichos son vivos más bien que
fuertes y duraderos, como el hambre y la sed de un enfermo. Son naturalmente
irascibles, violentos; no saben dominar sus impulsos.
Cegados por la
fuerza de sus sentimientos y por el amor propio, no pueden soportar el
desprecio, ni sufrir una injusticia.
Son ambiciosos;
pero sobre todo aman, el éxito, porque quieren, por encima de todo, ser los
primeros, y que el triunfo asegure su superioridad.
Honores y
victorias les parecen preferibles al dinero, que no aprecian mucho por no haber
conocido todavía su necesidad.
Son más buenos
que malvados, por no haber conocido el mal; confiados, porque no han sido
engañados; llenos de esperanza, porque su sangre juvenil, los anima como un
vino generoso, y también por no haber sufrido varias decepciones.
Viven, sobre
todo, de la esperanza, porque la esperanza tiene ante sí el porvenir y no el
pasado que jamás volverá.
Para los jóvenes
el porvenir es largo y el pasado corto, porque en la primavera de la vida no
hay recuerdos, pero se tiene derecho a todas las esperanzas.”
Retórica II, cap 12 - Aristóteles
Está escrito por Aristóteles, pero podría estar firmado por cualquier Orientador
de Instituto de este país, o de cualquier otro. A pesar de lo mucho que, según
dicen algunos, han cambiado los jóvenes, los únicos que hemos cambiado, me temo, somos
todos aquellos que hemos dejado de serlo.
Leí una vez en la puerta de una farmacia una cita que decía así "Uno se hace viejo cuando pesan más los recuerdos que las esperanzas". No sé si es de algún filósofo conocido.
ResponderEliminarA mi estas citas a veces me desbordan, recuerdo cuando era una adolescente y me acordaba de cosas que habían pasado y ahora con 45 años veo mi futuro,
¿seré vidente?
Bueno, ahora en serio, tu abuelo Tano si no conocía a Arístoteles, tampoco le hacía falta (:-
jeje
Tu abuelo era Arístoteles y no lo sabía.
ResponderEliminar