“Era el reloj
del abuelo y cuando papá me lo dio dijo, Quentin, te
entrego el mausoleo de toda esperanza y deseo; será extremadamente fácil que lo
uses para alcanzar el reductio absurdum de toda experiencia humana
adaptándolo a tus necesidades del mismo modo que se adaptó a las suyas o a las
de su padre. Te lo entrego no para que recuerdes el tiempo, sino para que de
vez en cuando lo olvides durante un instante y no agotes tus fuerzas intentando
someterlo. Porque nunca se gana una batalla dijo. Ni siquiera se libran. El
campo de batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y
desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles."
William Faulkner, "El ruido y la furia".
Me decía una vecina de mi pueblo muchas veces: Lourdes, ven a verme, que somos raíces de la tierra y tenemos que estar unidas siempre. Yo le decía que cuando tuviera tiempo (porque vivo en la capital), ella me respondía siempre que el tiempo no existe.
ResponderEliminarNosotros, me decía, somos los que nos vamos y el tiempo se queda aquí.
Muy bien esta frase "Te lo entrego no para que recuerdes el tiempo, sino para que de vez en cuando lo olvides durante un instante y no agotes tus fuerzas intentando someterlo".
Gracias Nacho
Que grande William Faulkner.
ResponderEliminarAwante Dale de the walking dead
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