Escala de grises



Siempre me pasa lo mismo. Me pierden los detalles sin importancia. Me atraen las elucubraciones inútiles y los saberes menos “productivos” para mis propios intereses. A mi padre, por ejemplo, le hubiese gustado que yo hubiera estudiado música. Lo intentó de mil maneras distintas pero todos sus esfuerzos fueron inutiles para su pesar y ahora, visto con el tiempo, también para el mio. Recuerdo haber asistido durante un año, no se... tal vez dos, a clases de piano pero fué imposible. Hoy podría saber solfeo, armonia, composición,... podría disfrutar tocando un piano de pared en el salón de mi casa. Pero no hubo manera. El tiempo que debería haber pasado haciendo escalas y acordes lo dediqué a intentar desentrañar el para mí incomprensible y extraordinario misterio de que no hubiera teclas grises.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Más que una asignatura pendiente, uno de los muchos ejemplos de mi atracción fatal por lo intranscendente.

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  2. Nunca el tiempo es perdido.
    Tu destino era ser bailarín en Egipto.

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  3. Ja,ja,ja,ja.... ya no hablo tanto de Egipto, reconócelo; y lo de bailarin ¿no lo soy?

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