A veces te diría que
echo de menos eso de combinar con besos el Jack Daniel´s, dormir juntos en la playa, meterte mano en los bares, pero no… mentiría. Lo que realmente echo de menos es beber sin preocuparme de mezclar alcohol y Karvezide; es dormir fuera de casa sin que duelan los riñones; es vivir como si no existiese alrededor, absolutamente
nadie.
Nos hacemos mayores, amigo.
ResponderEliminarMayores y temerosos.
ResponderEliminarNo nos hacemos mayores, se pierde la ilusión, eso es lo que pasa. Parece como si todo estuviera vivido, repetido y concluido.
ResponderEliminarEsta entrada es preciosa Nacho, a cualquier mujer le hubiese encantado como dedicatoria. Habría que evitar no sentir celos de esa mezcla explosiva que te lleva al paraiso.
Muy bonita, sí señor.
Exageradamente generosa; de todas formas, se agradece el comentario
EliminarPerdón, no me había dado cuenta de como he empezado el comentario. No sé por qué extraña razón (si la hubiera) he dicho que no nos hacemos mayores.
ResponderEliminarSi no lo vieras como un cumplido, sino que de verdad me ha gustado; no me verías exageradamente generosa.
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