El ser humano en su conjunto es una especie despreciable, capaz de las acciones más viles y de los actos más canallas. La Historia Universal no es otra cosa que el catálogo temporal de todas y cada una de las atrocidades y crueldades que a lo largo de los años hemos tenido la osadia de ejecutar. Y sin embargo, uno por uno, observados individualmente, no somos más que seres dignos de lástima.
“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)
Un poema de León Felipe
No sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
Oratoria y poder de convicción
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papáaaa, quero ezo.
¡¡PAPÁAAAAAAAA, QUERO EZO!!
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papá, quero ezo.
Papáaaa, quero ezo.
¡¡PAPÁAAAAAAAA, QUERO EZO!!
Despilfarro
"El
reparto más equitativo que existe es el de la inteligencia: todo el
mundo cree tener suficiente"
Noel
Clarasó
Esta
mañana he estado tomando una cerveza y mientras leía el periódico
no puede menos que escuchar las diferentes conversaciones que se
producían en las mesas contiguas. Me resultó curioso que entre las
pocas personas que había en el bar pudiera haber no sólo una sino
dos capaces de arreglar la situación económica, política y social
de toda Europa.
La única fé que profeso es religiosa, para todo lo demás soy agnóstico, podría decirse que incluso ateo. Es decir, tengo profundas dudas en prácticamente
cualquier tema y últimamente he notado que incluso he dejado de
creer en todo cuanto me dicen, oigo, veo o leo. Con este historial es
comprensible que sienta una profunda admiración e insana envidia por
todo aquél que teniendo más respuestas que dudas es capaz de
darte la solución adecuada para todos y cada uno de los males de
este mundo mientras se toma una caña en el bar. Dios mio... cuanto
despilfarro de inteligencia.
Falsa Filosofia
Aun habiendo estudiado siempre ciencias puras me encanta la Filosofía. No me gusta por su significado etimológico de "amor a la sabiduria" sino por motivos más interesados. En veintiseis siglos de pensamiento occidental siempre puedes encontrar el aval de una gran eminencia que justifique y explique tus própias ideas por absurdas, extrañas o peregrinas que estas sean. Y es que pocas cosas causan tanta satisfacción como ver que alguien te da la razón, aunque ese alguien haya vivido en el siglo III a.C
La Partida
Los días luminosos, blancos, y las noches tranquilas y negras se entretejen con días negros y noches en blanco formando una trama, parecida a un tablero de ajedrez, a la que llamamos vida. A veces el final se ve venir, te queda el rey y un peón y sabes que es tan sólo cuestión de tiempo. Pero otras, el jaque mate aparece de repente, a mitad de la partida, mientras te afanas poniendo a salvo un alfil.
Cada uno de nuestros movimientos es irreverible y acaba siendo por insignificante que parezca, vital y trascendente en esa partida, que perdida de antemano, mantenemos día a día contra el reloj y ese astuto jugador que es el Destino.
Cada uno de nuestros movimientos es irreverible y acaba siendo por insignificante que parezca, vital y trascendente en esa partida, que perdida de antemano, mantenemos día a día contra el reloj y ese astuto jugador que es el Destino.
Nihilismo tardío
No sospeché nada
cuando me dijo que estaba leyendo “Padres e hijos” de Iván
Turguénev, ni cuando me pidió todos los libros que tuviera de
Nietzsche. Me hacía gracia que no parara de hablar de la muerte de
Dios, de la voluntad de poder, del eterno retorno y del Übermensch;
repetía una y otra vez que toda convicción es una carcel, que debe
ser superada la moral de rebaño, que no piensa inclinarse nunca más
ante ninguna autoridad ni aceptar ningún principio como artículo de
fe.
La sonrisa se me
torció cuando de su biblioteca poco a poco fueron desapareciendo los
libros de Antonio Gala, Kent Follet, Mary Higgins Clark o Barbara
Wood y fueron sustituidos por las obras completas de Hamilton,
Bakunin, Heidegger, Bataille y Cioran.
Uno siempre puede
llegar a asimilar, en ocasiones hasta con un cierto orgullo, que sus
hijos se desprendan de todo lo que les ha sido inculcado y pretendan
renegar de todo cuanto has tratado de enseñarles, pero que sea uno
de tus progenitores el que se esté convirtiendo en nihilista
perdido es algo, por más vueltas que le doy, verdaderamente
desconcertante.
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