“Lo que un hombre es en sí mismo, lo que le acompaña en la soledad y lo que nadie puede darle ni quitarle, es indudablemente más esencial para él que todo lo que puede poseer o lo que puede ser a los ojos de los demás.” (Arthur Schopenhauer)

Obcecación



Hay ideas por las que, aun sabiendo con total seguridad que no son ciertas, siento un apego tan especial que resulta imposible abandonarlas.

4 comentarios:

  1. Muy bueno. Y es que acompañado de esa imagen resulta hasta gracioso, de risa. ¡Con lo que duele el apego a lo incierto!, pero a lo cierto, a veces también duele.
    A mí, la sombra de ese hombre me dice mucho de la obcecación.

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    1. Me resulta curioso cómo algunas convicciones profundas se escapan a la razón o la propia experiencia y aún sabiendolo, no cejamos.

      Con tu permiso me anoto eso de "el apego a lo incierto", me gusta. Gracias por tu comentario.

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  2. Hay que cejarse para descubrir, para descubrirnos. Uno no es amigo de esas ideas por testarudo, necesitamos pensar, saber qué nos pasa. Un día esas ideas caen por su propio peso y en cierta manera nos liberamos. Y todo parece que fluye de otra manera. Mientras tanto, somos presos de nuestros pensamientos.
    No sé mi explico bien, lo intento.

    Por cierto, esta semana me acordé del desorden de los sentidos en el programa "La noche temática" _ Los olvidados de los olvidados.

    Gracias a ti por contestar.

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  3. Si sólo caminásemos sobre certezas nos hundiríamos a cada paso.

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