Hace
un par de semanas mi padre me enseñó la póliza del seguro de
decesos que lleva pagando desde hace años para toda la familia,
hijos incluidos. Sabía que lo hacía, pero nunca llegué tan
lejos como para leer los detalles contratados. No soy nada aprensivo
y como ya estábamos metidos en faena lo leí atentamente. Vienen
perfectamente especificados todos los detalles: tipo de caja, numero
de esquelas, periódicos en los que se publicarán, condiciones del
transporte, número de coronas, tipo de lápida,.. vamos todo.
Mentiría
si dijese que no me gustaría tener tan organizado un lugar donde
caerme vivo como parece que tengo ya el lugar donde caerme muerto.
Donde vayas a caerte muerto da igual que sea en un ático de 100m con vistas al mar o un bajo sin luz con vistas a un patio interior. Vivo, por lo menos, sabes donde te caes.
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